La sonda de Sengstaken-Blakemore es un dispositivo médico diseñado para tratar hemorragias gastrointestinales superiores, especialmente aquellas causadas por varices esofágicas asociadas a hipertensión portal. Aunque su uso ha disminuido con el avance de tratamientos endoscópicos y farmacológicos, sigue siendo una herramienta clave en escenarios de emergencia, donde otras opciones no están disponibles o han fallado.
Se trata de una sonda nasogástrica especializada que cuenta con dos balones inflables: uno gástrico y otro esofágico, además de un lumen para la aspiración gástrica. Su función principal es comprimir mecánicamente las varices esofágicas y el cardias gástrico, deteniendo así el sangrado activo mientras se estabiliza al paciente y se planifica un tratamiento definitivo.
La sonda se inserta a través de la nariz o la boca, se posiciona cuidadosamente en el tracto digestivo superior, y se inflan los balones para ejercer presión sobre los vasos sangrantes. Fue desarrollada en 1950 por los doctores Robert W. Sengstaken y Arthur H. Blakemore como respuesta a la necesidad urgente de controlar hemorragias por varices en pacientes con cirrosis hepática.
El diseño de la sonda de Sengstaken-Blakemore es simple pero eficaz, e incluye los siguientes elementos:
La sonda de Sengstaken-Blakemore está indicada en situaciones específicas, entre las que destacan:
La colocación de la sonda de Sengstaken-Blakemore requiere habilidades médicas especializadas y debe realizarse con extrema precaución, ya que existen riesgos importantes si se usa de manera inadecuada.
Pasos generales del procedimiento:
También se pueden utilizar manómetros para controlar la presión de los balones, inflándolos en incrementos graduales y vigilando la respuesta del paciente.
Aunque ha sido reemplazada parcialmente por técnicas más modernas, la sonda de Sengstaken-Blakemore sigue siendo una herramienta valiosa en ciertas situaciones críticas. Sus principales beneficios incluyen:
El uso de esta sonda no está exento de riesgos, especialmente si se maneja sin experiencia o supervisión adecuada. Algunas de las complicaciones más comunes incluyen:
Por estas razones, se recomienda que su uso sea limitado al personal médico capacitado, en un entorno donde se pueda realizar una vigilancia intensiva.
En la actualidad, existen opciones terapéuticas que han reducido notablemente el uso de la sonda de Sengstaken-Blakemore. Entre ellas se incluyen:
La sonda de Sengstaken-Blakemore es un recurso médico de emergencia que, aunque ha sido desplazado en muchos contextos por avances en medicina moderna, continúa siendo una herramienta de gran valor en situaciones críticas. Su uso adecuado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte cuando se trata de hemorragias digestivas altas por varices esofágicas.
Su correcta indicación, manejo cuidadoso y conocimiento de sus riesgos permiten que esta sonda siga cumpliendo un papel importante como solución temporal y efectiva mientras se implementan tratamientos definitivos.
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