🇲🇽 Envios a todo México

Sonda de Sengstaken-Blakemore: herramienta esencial en el control de hemorragias gastrointestinales altas

La sonda de Sengstaken-Blakemore es un dispositivo médico diseñado para tratar hemorragias gastrointestinales superiores, especialmente aquellas causadas por varices esofágicas asociadas a hipertensión portal. Aunque su uso ha disminuido con el avance de tratamientos endoscópicos y farmacológicos, sigue siendo una herramienta clave en escenarios de emergencia, donde otras opciones no están disponibles o han fallado.

¿Qué es la sonda de Sengstaken-Blakemore?

Se trata de una sonda nasogástrica especializada que cuenta con dos balones inflables: uno gástrico y otro esofágico, además de un lumen para la aspiración gástrica. Su función principal es comprimir mecánicamente las varices esofágicas y el cardias gástrico, deteniendo así el sangrado activo mientras se estabiliza al paciente y se planifica un tratamiento definitivo.

La sonda se inserta a través de la nariz o la boca, se posiciona cuidadosamente en el tracto digestivo superior, y se inflan los balones para ejercer presión sobre los vasos sangrantes. Fue desarrollada en 1950 por los doctores Robert W. Sengstaken y Arthur H. Blakemore como respuesta a la necesidad urgente de controlar hemorragias por varices en pacientes con cirrosis hepática.

Componentes de la sonda

El diseño de la sonda de Sengstaken-Blakemore es simple pero eficaz, e incluye los siguientes elementos:

  • Balón gástrico: Se encuentra en el extremo distal de la sonda. Se infla dentro del estómago para anclar la sonda y comprimir el cardias.
  • Balón esofágico: Ubicado más proximal que el gástrico, se infla en el esófago para ejercer presión directa sobre las varices esofágicas.
  • Lumen de aspiración gástrica: Permite drenar contenido del estómago y controlar el sangrado.
  • Válvulas de inflado: Cada balón tiene su propia válvula, lo que permite controlar el volumen de inflado con aire o solución salina.

Indicaciones de uso

La sonda de Sengstaken-Blakemore está indicada en situaciones específicas, entre las que destacan:

  • Hemorragia digestiva alta masiva de origen variceal, cuando otros métodos no han sido eficaces o no están disponibles de inmediato.
  • Estabilización temporal del paciente antes de realizar un tratamiento definitivo, como una endoscopía o una derivación portosistémica intrahepática (TIPS).
  • Situaciones de emergencia en hospitales rurales o sin acceso inmediato a terapias más avanzadas.

Procedimiento de colocación

La colocación de la sonda de Sengstaken-Blakemore requiere habilidades médicas especializadas y debe realizarse con extrema precaución, ya que existen riesgos importantes si se usa de manera inadecuada.

Pasos generales del procedimiento:

  • Preparación del paciente: Incluye sedación, control de la vía aérea, y en la mayoría de los casos, intubación endotraqueal para prevenir aspiración pulmonar.
  • Inserción de la sonda: Se introduce cuidadosamente por la boca o la nariz hasta que alcance el estómago.
  • Inflado del balón gástrico: Se infla primero para asegurar la posición de la sonda y comenzar la compresión de la región gastroesofágica.
  • Tracción suave: Se ejerce una ligera tracción para que el balón gástrico se apoye en la unión gastroesofágica.
  • Inflado del balón esofágico: Solo si el sangrado persiste, se infla este segundo balón para comprimir directamente las varices esofágicas.
  • Monitorización constante: Se requiere vigilancia continua de signos vitales, presión del balón, y signos de complicaciones como dolor torácico o dificultad respiratoria.

También se pueden utilizar manómetros para controlar la presión de los balones, inflándolos en incrementos graduales y vigilando la respuesta del paciente.

Beneficios de la sonda de Sengstaken-Blakemore

Aunque ha sido reemplazada parcialmente por técnicas más modernas, la sonda de Sengstaken-Blakemore sigue siendo una herramienta valiosa en ciertas situaciones críticas. Sus principales beneficios incluyen:

  • Control inmediato del sangrado masivo, lo que puede ser vital en los primeros momentos.
  • Estabilización hemodinámica del paciente mientras se accede a otros recursos.
  • Acción mecánica directa sobre las zonas hemorrágicas, sin necesidad de tecnología avanzada.
  • En muchos casos, su uso ha permitido ganar tiempo para derivar al paciente a centros de mayor complejidad o para preparar una endoscopía terapéutica.

Riesgos y complicaciones

El uso de esta sonda no está exento de riesgos, especialmente si se maneja sin experiencia o supervisión adecuada. Algunas de las complicaciones más comunes incluyen:

  • Necrosis esofágica: Por compresión prolongada o presión excesiva del balón esofágico.
  • Perforación esofágica: Una complicación grave que puede poner en peligro la vida.
  • Aspiración pulmonar: Particularmente en pacientes no intubados.
  • Reaparición del sangrado: Una vez desinflados los balones, puede volver a presentarse el sangrado si no se ha resuelto la causa subyacente.

Por estas razones, se recomienda que su uso sea limitado al personal médico capacitado, en un entorno donde se pueda realizar una vigilancia intensiva.

Alternativas actuales

En la actualidad, existen opciones terapéuticas que han reducido notablemente el uso de la sonda de Sengstaken-Blakemore. Entre ellas se incluyen:

  • Tratamientos endoscópicos: Como la ligadura con bandas elásticas o la escleroterapia de varices.
  • Fármacos vasoactivos: Como la terlipresina o la somatostatina, que reducen la presión portal.
  • TIPS (Derivación Portosistémica Intrahepática Transyugular): Procedimiento radiológico que crea un canal entre la vena porta y la circulación sistémica para reducir la hipertensión portal.
  • Otros dispositivos de taponamiento esofágico: Como la sonda de Minnesota o la de Linton-Nachlas, cada una con características específicas según el tipo y localización del sangrado.

Conclusión

La sonda de Sengstaken-Blakemore es un recurso médico de emergencia que, aunque ha sido desplazado en muchos contextos por avances en medicina moderna, continúa siendo una herramienta de gran valor en situaciones críticas. Su uso adecuado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte cuando se trata de hemorragias digestivas altas por varices esofágicas.

Su correcta indicación, manejo cuidadoso y conocimiento de sus riesgos permiten que esta sonda siga cumpliendo un papel importante como solución temporal y efectiva mientras se implementan tratamientos definitivos.

Información sacada de: